Siguen despidos y cierres en Twitter

La red social Twitter anunció este jueves el cierre de su oficina en Bruselas, Bélgica, cortando un canal de diálogo con la Unión Europea respecto de las regulaciones concernientes al discurso de odio y la desinformación.

Su sede en la capital belga fue cerrada luego de marcharse sus únicos dos empleados, según informaron las agencias DPA y Bloomberg.

Luego de ser adquirida por el magnate Elon Musk por US$ 44.000 millones a fines de octubre, la firma despidió a comienzos de mes a casi la mitad de los 7.500 empleados con los que contaba la red social.

A eso se sumó la renuncia la semana pasada de otra gran cantidad de empleados -cuya cantidad exacta aún se desconoce- luego de que rechazaran los nuevos términos laborales impuestos por Musk.

El ahora director ejecutivo de la firma envió la semana pasada un formulario donde propuso trabajar “largas horas a alta intensidad”.

De no aceptar el ultimátum del empresario, los empleados iban a ser desvinculados con tres meses de indemnización.

Precisamente los dos últimos empleados que quedaban en Bruselas forman parte del grupo que rechazaron las condiciones de Musk y, por tanto, renunciaron a la empresa.

Otro golpe para Twitter

El cierre de la oficina representa otro golpe para la plataforma ya que funcionaba como nexo con la Unión Europea (UE) para la adopción de sus normativas en relación a la desinformación y el tratamiento del discurso de odio.

Una de dichas reglamentaciones es la Ley de Servicios Digitales, que entró en vigencia la semana pasada y que les otorga más poder a los gobiernos para decidir, entre otros aspectos, en que situaciones las plataformas deben retirar contenido ilegal.

De obligado cumplimiento para todas las plataformas en línea, la norma busca «limitar la difusión de contenidos y productos ilícitos en línea, aumentar la protección de los menores y ofrecer a los usuarios más posibilidades de elección y mejor información», según explicó la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE.

La ley en cuestión vuelve responsables a las plataformas –especialmente a las de más de 45 millones de usuarios activos- en lo relacionado al contenido publicado en ellas, las obliga a aplicar un mecanismo en situaciones de crisis y le da la posibilidad a los usuarios de confrontar las decisiones de moderación que realicen, entre otros derechos.

Las firmas podrán recibir, en caso de incumplir con los reglamentos, multas de hasta un 6% de sus ganancias anuales.

Al igual que la sede de Bruselas, Twitter –cuyas oficinas centrales se encuentran en la ciudad estadounidense de San Francisco- cerró esta semana su única sede en continente africano.

La subsidiaria, localizada en Accra, capital de Ghana, contaba con 20 empleados.

Según reportó la cadena CNN, los trabajadores de dicha sede fueron despedidos sin ninguna información acerca de cual será su indemnización y con sus cuentas de mail y laptops bloqueadas para su acceso.

Del mismo modo, la agencia Bloomberg reputó que los despidos anunciados por Musk también abarcaron casi el 90% de la planta que Twitter contaba en India.

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