El triunfo 2-1 de River Plate sobre Boca Juniors en el Monumental fue mucho más que tres puntos en la tabla. En un estadio repleto que batió récords de asistencia, el equipo de Martín Demichelis ofreció una demostración de fútbol que superó ampliamente lo que el marcador final reflejó, dejando mensajes contundentes de cara a la fase final del torneo.
Desde el pitido inicial, River mostró claras intenciones de dominar el juego, mientras Boca optó por un esquema defensivo con cinco zagueros que nunca logró contener el ímpetu millonario. La diferencia fue evidente: River jugó a ganar, Boca a no perder. Esta disparidad de enfoques marcó el desarrollo de un partido donde lo gestual pesó más que lo fáctico.
Mastantuono, el nombre que quedará grabado
Con apenas 17 años, Franco Mastantuono escribió su nombre en la historia del Superclásico con un golazo desde fuera del área que dejó sin chances a Agustín Marchesin. El joven talento no solo anotó su primer tanto en este clásico, sino que demostró una madurez impropia para su edad, confirmándose como una de las grandes promesas del fútbol argentino.
Driussi consolida su buen momento
Sebastián Driussi, en plena racha goleadora, selló el triunfo riverplatense con su tercer gol en tres partidos consecutivos. Su presencia en el área chica y olfato goleador están dando a River justo lo que necesitaba en este tramo decisivo de la temporada: un referente claro en ataque.
Boca, más dudas que certezas
Del lado xeneize, las preguntas superan a las respuestas. La estrategia ultradefensiva de Gago no funcionó, y el equipo nunca logró imponer su juego. Más allá del gol de Merentiel en el segundo tiempo -producto de un error defensivo de River-, Boca mostró un fútbol reactivo y carente de ideas claras, dejando a su técnico nuevamente en el ojo de la tormenta.
Lo que realmente importa
Mientras las estadísticas frías muestran un triunfo ajustado, quienes vieron el partido comprenden que River fue muy superior. El dominio en el mediocampo con Enzo Pérez como conductor, la solidez defensiva (excepto en el error que derivó en el gol de Boca) y la capacidad ofensiva dejaron en claro que los millonarios llegan en mejor forma a la fase decisiva del torneo.
Con este triunfo, River no solo suma tres puntos, sino que gana confianza y moral de cara a los playoffs, mientras Boca deberá hacer un profundo examen de conciencia si aspira a ser protagonista en la recta final del campeonato. El Superclásico dejó claro que, más allá de las posiciones en la tabla, hay equipos que crecen y otros que se estancan.