“No me mandó nadie a mentir”: Vedia desafía a la vieja política en Salta

En medio de un clima de desconfianza hacia la política tradicional, el candidato a diputado nacional Nicolás Vedia se reunió en el norte provincial con retirados y personal en servicio de la Policía de Salta, quienes lo recibieron con un respaldo que se sintió como un grito de hartazgo colectivo.

La cita no fue un acto protocolar. Fue la respuesta a un llamado urgente de un sector que desde hace más de una década escucha promesas incumplidas sobre salarios dignos y reconocimiento de derechos. “Hace 12 años nos vienen con el mismo verso: Zapata, Olmedo y compañía se llenaron la boca prometiendo mejoras, y hoy no tenemos nada. Solo palabras vacías”, sentenció un oficial retirado visiblemente emocionado.

Frente a este escenario, Vedia —candidato de la lista 240— no esquivó la crudeza del momento:

“Aquí no vengo a prometerles la luna. Vengo a decirles que el tiempo de las mentiras se acabó. Sé lo que significa poner el cuerpo por esta provincia, sé de la angustia de un sueldo indigno y de la falta de reconocimiento. He vivido en carne propia la desidia de la política tradicional que hoy, como hace 12 años, se disfraza de soluciones”.

A diferencia de otros postulantes, Vedia enfatizó que nunca ocupó un cargo político y que su compromiso nace de su propia trayectoria en la fuerza:

“No me mandó nadie a mentir. Vengo porque soy el único que conoce la realidad y quien nunca los traicionó. Confían en mí porque conozco la calle y no los despachos. Y es esa experiencia la que quiero llevar al Congreso para defender lo que nos corresponde”.

La visita del candidato no solo se tradujo en un encuentro con las fuerzas de seguridad; fue también un golpe directo contra la demagogia de quienes buscan votos con promesas que nunca cumplen. “Mientras otros se sacan fotos y repiten discursos vacíos, yo me comprometo a luchar incansablemente por la dignificación del salario y el respeto a la labor de quienes cuidan nuestras vidas”, aseguró.

Con un discurso frontal y sin maquillaje, Nicolás Vedia se posiciona como la voz de los que ya no creen en las promesas, sino en los hechos. Su mensaje resonó con fuerza en el norte: el tiempo de las excusas terminó y la política, si quiere recuperar credibilidad, deberá empezar por cumplir con quienes defienden a diario la seguridad de todos los salteños.

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