El presidente Javier Milei defendió este miércoles las políticas de mercado y el capitalismo como instrumentos para «terminar con la pobreza y el hambre en el planeta», al tiempo que convocó a los países líderes de Occidente a nos ser «cooptados» por una «visión del mundo» que «inexorablemente conduce al socialismo».
«El capitalismo de libre empresa es la única herramienta que tenemos para terminar con el hambre y la pobreza en el planeta», afirmó Milei al exponer este mediodía en el Foro Económico Global de Davos, en Suiza, donde se reúnen los jefes de Estado y empresarios de las finanzas del mundo.
En su discurso, Milei afirmó que el capitalismo es un sistema político y económico «justo y moralmente superior», cuya implementación llevó al mundo actual a ser «más rico, libre, pacífico y próspero que en cualquier otro momento de la historia».
«Hoy estoy acá para decirles que Occidente está en peligro. Está en peligro porque aquellos que supuestamente deben defender sus valores se encuentran cooptados por una visión del mundo que inexorablemente conduce al socialismo y en consecuencia a la pobreza», subrayó el economista que lleva un mes y una semana en la Presidencia.
En ese sentido, Milei opinó que «la doxa de izquierda atacó al capitalismo por una cuestión de moralidad» y sostuvo que la «justicia social no aporta al bienestar general» de las poblaciones.
«La justicia social no es justa, es violenta. El Estado se financia a través de impuestos que se cobran de manera coactiva. A mayor carga impositiva amir es la coacción y menor la libertad», afirmó.
El Presidente sostuvo en el foro de Davos que desde que Argentina «abandonó hace 100 años el modelo de la libertad» y puso en práctica políticas «colectivistas», los argentinos son «más pobres».
«El empresario exitoso es un benefactor social que lejos de apropiarse de la riqueza ajena, contribuye al bienestar general. En definitiva, un empresario exitoso es un héroe», aseguró.
Por ese motivo, los instó a que «no cedan al avance del Estado» porque «no es la solución, sino el problema en sí mismo».
«Los experimentos colectivistas nunca son la solución a los problemas que aquejan a los ciudadanos del mundo sino que son su causa. Nadie mejor que los argentinos para dar testimonio de estas dos cuestiones», remarcó.
En otro tramo de su discurso, Milei criticó la «agenda del feminismo radical» que consideró que plantea una «pelea ridícula y antinatural entre el hombre y la mujer» y que solo devino en «mayor intervención del Estado».
Milei también reclamó a los economistas «neoclásicos que salgan de la caja» y sostuvo que «el empobrecimiento que produce el colectivismo no es una fantasía ni tampoco fatalismo», sino «una realidad que los argentinos conocemos muy bien hace por lo menos 100 años».
El presidente envió «un mensaje para los empresarios» pidiéndoles que «no se dejen amedrentar ni por la casta política ni por los parásitos que viven del Estado» y sostuvo que «nadie les diga que su ambición es inmoral».
«No se entreguen a una clase política que lo único que quiere es perpetuarse en el poder y mantener sus privilegios», remarcó Milei.
Por otra parte, señaló que «inexorablemente, por desconocer el mercado, cada vez que quieren solucionar lo que consideran un fallo, estarán abriendo las puertas al socialismo y condenando a las personas a la pobreza».
Milei cerró su discurso asegurando que «a partir de hoy cuentan con Argentina como aliado inclaudicable» y exclamando su característico «Viva La Libertad Carajo».