Escándalo en el Garrahan: directivos renuncian al aumento, mientras el conflicto gremial sigue latente

El Hospital Garrahan vuelve a quedar en el centro de la escena tras el anuncio del aumento salarial del 61% para los trabajadores, una recomposición que se hará efectiva de manera retroactiva a octubre y que fue celebrada como “histórica” por sus autoridades. Sin embargo, el dato que encendió el debate fue la decisión del Consejo Directivo del hospital de no percibir ese incremento. La presidenta Mariel Sánchez, junto a los directivos César Avellaneda, Jorge Menehem y Oscar Pérez, firmaron un comunicado donde explican que renuncian a la suba “en línea con las medidas de eficiencia que caracterizan a esta gestión”, y remarcaron que los recursos deben priorizar al personal asistencial y a la atención de los niños que se atienden en el centro pediátrico más importante del país.

El aumento llega tras meses de conflicto con sectores gremiales que exigían recomposición salarial y denunciaban pérdida del poder adquisitivo frente a la inflación. Ese escenario había derivado en paros, movilizaciones y medidas de fuerza que afectaron parcialmente la actividad hospitalaria y pusieron al Garrahan bajo la mirada pública. Con el incremento, además, los trabajadores mantienen los bonos mensuales de $350.000 para personal no asistencial y $450.000 para el personal asistencial.

El ministro de Salud, Mario Lugones, celebró públicamente la medida y destacó que “la administración del Garrahan logró alcanzar el déficit cero y jerarquizar los ingresos del equipo de salud con recursos propios”. Según el ministro, la decisión del Consejo Directivo de no aplicar el aumento a sus propios salarios es “un gesto de responsabilidad en un contexto donde cada peso debe destinarse a fortalecer la atención”.

Sin embargo, la calma está lejos de consolidarse. El viernes pasado, integrantes de la Asociación de Profesionales y Técnicos (APyT) ocuparon durante seis horas las oficinas de la dirección médica para exigir que se restituyan los descuentos aplicados por los días de huelga. Enfermeras, instrumentadoras y docentes del jardín maternal denunciaron “represalias” y reclamaron la apertura de una mesa de diálogo. La protesta terminó sin acuerdos, pero con un mensaje claro: la tensión gremial no se desactivó, pese a los anuncios salariales.

Mientras la conducción destaca una gestión orientada a la transparencia, la eficiencia y la sostenibilidad financiera, los trabajadores insisten en que las condiciones laborales siguen siendo motivo de reclamo. En un hospital que históricamente se ha presentado como modelo en Latinoamérica, la puja entre administración y gremios suma un nuevo capítulo. El aumento ya tiene fecha de impacto, pero el conflicto, todo indica, todavía tiene recorrido por delante.

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