Existe una frase trillada que asegura que el periodismo es el cuarto poder. Esto sin dudas lo tienen muy en claro quienes gobiernan, al menos en nuestro país y Salta no es ajena. Es por esto que medios hegemónicos, sean de tv, radio y diario, reciben una importante cifra del presupuesto de las arcas del Estado en pautas publicitarias.
Esto con el tiempo ha logrado que estos medios, comiencen a perder objetividad e independencia y terminen siendo funcionales a los Gobiernos de turno. Pero lo cierto es que también con el avance de la tecnología, también han surgido muchos otros medios, como los diarios digitales, más programas de tv por aire y programas de radios que han diversificado el gusto, los estilos y la posibilidad en la audiencia de poder seguir a sus informantes favoritos.
Sin dudas, hoy el gran desafío que tenemos los periodistas es lograr que ese presupuesto no corra por cuenta de quiénes Gobiernan, sino que sea un presupuesto independiente, ya que la información no puede verse teñida por tintes políticos, ni amedrentamientos, ni “devolver favores” o simplemente por miedo a no perder esa retribución que no es más que un servicio a la comunidad de mantenerse informada lo más objetivamente posible.
Otro de los desafíos que vienen de la mano con esto, es volver a recuperar la confianza y credibilidad que debe tener la comunidad en nosotros, en quienes llevamos la información a cada uno de los hogares salteños. Hoy en día, desafortunadamente, la intervención de la política en los medios y la poca ética de propietarios de medios que han dejado manipularse por las jugosas pautas, han hecho que todos los medios queden envueltos en la misma bolsa y se necesita un cambio al 100% para poder derribar estos estereotipos que hay en la sociedad.
El periodismo es un servicio esencial en la comunidad, para saber qué pasa en cada barrio, en la justicia, en la educación, en la salud, en el deporte, en la cultura y el arte, en la política y en el espectáculo. Muchos de los trabajadores de esta hermosa profesión lo hacemos a pulmón de manera independiente, no tenemos horarios para trabajar, ni feriados, ni un sueldo fijo, ni aguinaldos. Muchos trabajan en negro, trasladándose en colectivo de una punta a otra. Por eso hoy más que nunca bregamos por la libertad de prensa, por lograr una independencia y para que nadie calle nuestras voces ni mucho menos de la sociedad.