En el corazón de la localidad salteña de Campo Quijano, un equipo municipal está escribiendo una nueva historia para mujeres e infancias víctimas de violencia de género. Bajo la gestión del intendente Lino Yonar, la Oficina de la Mujer, Género y Diversidad se ha convertido en un faro de esperanza, ofreciendo asesoramiento, contención y acompañamiento a quienes más lo necesitan.
Valeria Tolaba, referente local en la lucha contra la violencia de género, es una de las caras visibles de este esfuerzo colectivo. “No están solas”, afirma con convicción, mientras detalla el trabajo que se realiza desde el proyecto “Promoción de valores y concientización sobre violencia”, iniciado en enero de 2024. Este programa no solo busca prevenir la violencia, sino también brindar herramientas concretas para la autonomía de quienes han sufrido maltrato.
El enfoque es integral y multidisciplinario. Desde charlas en escuelas y hospitales hasta talleres en espacios comunitarios, el objetivo es claro: concientizar, prevenir y construir relaciones más equitativas y libres de violencia. “No se trata solo de hablar del problema, sino de ofrecer oportunidades reales para que las mujeres puedan sostenerse económicamente y salir del círculo de la violencia”, explica Tolaba.
Uno de los pilares de esta gestión es la inserción laboral de mujeres en situación de vulnerabilidad. A través de capacitaciones y programas de empleo, el municipio busca empoderarlas económicamente, brindándoles las herramientas necesarias para reconstruir sus vidas. “La violencia no solo es física o psicológica, también es económica. Por eso, nuestro trabajo aborda todas las dimensiones del problema”, agrega la referente.
El compromiso de la Municipalidad de Campo Quijano se refleja en acciones concretas que van más allá de la asistencia inmediata. Se trata de un trabajo constante que incluye la articulación con el sistema de salud y la Policía Municipal, garantizando un entorno seguro para las víctimas.
“Este es un esfuerzo colectivo”, destaca Tolaba. “Desde el intendente hasta cada integrante del equipo, estamos comprometidos con la idea de que ninguna mujer o infancia debe sufrir en silencio. Queremos que sepan que hay un lugar al que pueden acudir, donde serán escuchadas y acompañadas”.
En un contexto donde la violencia de género sigue siendo una problemática alarmante en Argentina, Campo Quijano se posiciona como un ejemplo de gestión municipal comprometida y efectiva. Con programas innovadores y un enfoque integral, esta localidad está demostrando que es posible construir un futuro más seguro y equitativo para todas.
El mensaje es claro: en Campo Quijano, las víctimas de violencia no están solas. Y, gracias a este esfuerzo colectivo, cada vez son más las mujeres e infancias que encuentran una luz al final del túnel.